sábado, 18 de octubre de 2008

En la trayectoria descendente de las ondas del campanario se encontraba -el más alerta- Iguazul, un búho cascarrabias que un buen día cayó malherido sobre los aparejos de las bestias. Distinguía mejor que una persona -o al menos a mí me lo parecía- el toque a muerto, del que hacían para las misas: sus ojos se agrandaban de espanto y se estremecía de abajo arriba con una sacudida final. No era lo mismo. Las obligaciones religiosas le dejaban indiferentemente petrificado. No me extrañó entonces como ahora.
Yo aprendí de Iguazul a dar mis condolencias al mundo en silencio y con un respingo de fastidio. No hay tic nervioso que valga ni contracción muscular involuntaria a causa del excesivo frío o calor. Jamás le desvelé mi flaqueza a nadie. Supe más tarde que la animalidad de mi reflejo adquirido no debía preocupar ni preocuparme y admití, por ello, mi perfil más instintivo.
Pero aquella vez del setenta y cinco, en las inflamadas tardes de la pubertad, llamando ya con timidez a las puertas del retablo político y monacal, un halo de misterio aburbujado envolvió de súbito el minúsculo espacio vital de mi consciencia.
Un alargado proceso de aletargamiento me aisló del mundanal bullicio. Permanecía atónito, en una sobria terquedad, durante las semanas sucesivas. Prometo que lo intenté pero no hallé lógica explicación para tan sublime acontecimiento. En las crónicas de la cía, marcadas con el rótulo de 'top secret', se hace constar hoy que un objeto volador no identificado sobrevoló la zona cuando la tupida nubosidad del norte ocultó el sinuoso brillo de la osa mayor.
Desde ese día, y en el puesto de vigía nocturno que me ha concedido el rango, producto aleatorio de una urgente metamorfosis de género, sacudo con natural talento la mirada y oteo las constelaciones, incluso, a través de la troposfera, siempre con un imperceptible latiguillo de soslayo que me obliga a cambiar quince grados la dirección cada quince minutos.

1 comentario:

CCM dijo...

Me imagino al pobre buho en esa situación y no lo entiendo a no ser que el desgraciado estuviese encadenado. Asi que, el pobre buho encadenado y tu "llamando... a las puertas del retablo politico y monacal". Lo de monacal ¿qué es?. Tampoco logro comprender como permanecer "atónito, en una sobria terquedad"... puede ser un "sublime acontecimiento".
Evidentemente algo se esconde bajo "un objeto volador"... (en los poemas aparece el que vuela como victima de una conciencia desgarradora). ¿Es el aprendiz de Iguazul?... el que se dice de s¨"vigía nocturno". ......
Hacer notar tres expresiones: "Jamás le desvelé mi flaqueza a nadie", "urgente metamorfosis de género" y "quince grados la dirección cada quince minutos". (Ese giro en ese tiempo es que das dos vueltas justas al día).
Bueno lo dejo luego lo leeré otra vez. Me gusta mucho. Mas que las poesias. Demasiado criptico. "Top secret" y se dice CIA... a ver si te van a leer los de los cabetes y te van a reñir.