miércoles, 17 de septiembre de 2008


En el patio de mi casa la elocuencia
de las cintas y los granados me delata
cuando después del alba cae el sol
y riega la sombría estancia con su luz:
lóbrego el pensamiento se aviva y vuela
hasta la más alta cornisa del estudio,
allí el canto moruno de las mañanicas
se encuentra con los ecos apagados
de la fúnebre letanía que oficié.

Y la ondulada estela que las alas dejan
en el tejado rojo que nos cubre
se va enredando entre los haces luminosos
y acaba coronando el día como un sueño.

¡Qué pena más profunda cuando los olores
dejan al descubierto la humedad
de los ladrillos de la celda y sus contornos!

3 comentarios:

CCM dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
CCM dijo...

Me gusta leer tu poemas... aun sin comprenderlos... Y aunque...(zona suprimida Razon: cuarentena), me gustan, por que van de lo racional (aunque se en lo perceptivo) hasta el libre trazo semántico... (aunque yo prefiero el libre trazo fónico) en cripticas puertas semiabiertas.

Unknown dijo...

Me transmite como una persona se siente encerrada en unos sentimientos oscuros de los que le cuesta salir, y según pasan los días se da cuenta de su realidad, intentando salir de su letargo interior.